martes, 17 de enero de 2012

Notas sueltas del Pasado

El domingo pasado me encontré con un pedazo de papel en el que, en mis exámenes finales, escribía algunas de mis preocupaciones de entonces…Ay, que niña era.
Lo cierto es que no está del todo mal. No es que me enorgullezca de ello, pero en fin, era lo que escribía entonces, por lo tanto, refleja gran parte de mi personalidad en aquellos momentos, que ahora me parecen tan lejanos. Así pues, hola de nuevo Abril del 2011:

He estado pensando sobre mi forma de ser. Sobre cómo mi comportamiento afecta a las personas a las que amo. ¿Puede ser la hipocresía una forma de vida? Porque si no lo es, creo que mi forma de ser es algo extraña.
Cuando veo la vitalidad de las personas que me rodean intento imitarlas. Intento ser como ellas…Sin embargo, no puedo dejar de ser como soy.
No puedo dejar de sentirme triste a cada momento, no puedo dejar de mirar al horizonte intentando dejar mi mente en blanco, no puedo dejar de enamorarme de un amor irrealizable…Así es como soy, a pesar de sonreír y parecer contenta, mi alma, si es que la tengo, no deja de gritar desconsolada por todos esos oscuros recuerdos. Recuerdos de dolor y sufrimiento. De esos que por mucho que los ocultes, acaban surgiendo y provocando la primera de un sinfín de lágrimas.
Cuando por mi mente no pasan recuerdos, sólo los problemas acuden a mi encuentro. Decisiones mal tomadas, preguntas mal formuladas, reacciones mal expresadas…desearía ser como tantos otros, que cuando lloran es por un amor roto, que cuando gritan es por un enfado ilógico, que cuando tiemblan es por un examen próximo… pero no lo soy, no lo soy, y nunca lo seré.
Desesperación. Eso es lo que siento. La desesperación que se padece al no encontrar a la persona indicada. La desesperación que se apodera de ti hasta que la muerte te envuelve y te cautiva, esperando a que la acompañes y la cuides todo lo que queda de tú vida

Bueno, la verdad es que ahora leo esto y me siento como una extraña que lee el diario de una desconocida. Muchas cosas han cambiado desde que escribí esto.
En mi vida he sido tan sincera como lo soy ahora, mi vida amorosa no es desgraciada, pero tampoco aburrida. La gente que me rodea a veces me resulta mucho más falsa que yo misma, así que prefiero ser como soy a ser como ellos, los cuales necesitan usar personajes para poder vivir el día a día. Mis sentimientos siguen siendo confusos, pero no tristes. Mis recuerdos han sido ahogados por mi presente y mis esperanzas de futuro. Y bueno, algo sí que es cierto, la muerte me envuelve y me cautiva, y es probable que me acompañe toda la vida, ya que espero que mi futuro, se dedique siempre a la criminología.


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