martes, 11 de octubre de 2011

Camino

Uno sólo es el que lleva
a una loba y a su presa.
Tú lo usas
Yo también
Está a tus pies
¿Es que no lo ves?
Es tan simple.
Es tan claro.
Tan sutil y recatado.
Al seguirme por un tramo,
te despistas,
¡Ya has llegado!

Una Loba con su presa
Elegante...
Diablesa...
Como la espina más morbosa
de una rosa muy hermosa.

¡Malditos sean mis ojos!
Gritó la presa.
Por mi vista entraste,
me engañaste
y por la espalda
tú atacaste.
Ya que dentro de tu cueva
ya no hay belleza,
ya no hay recato.
Ya sólo quedan
una fiera
y un iluso enamorado...


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