domingo, 19 de junio de 2011

Indecisión

Hay momentos en los que una chica debe decidirse entre seguir estando sola o aceptar la petición del apuesto galán que se tercie a quererla a su lado. Algunas de nosotras somos más claras y más seguras a la hora de decidirnos. Otras, por el contrario, le dan vueltas de tantas formas que al final no se deciden por nada.
Y ahora viene el momento en el que yo digo de que grupo soy. Pues bien, de ninguno. Soy esa chica, una de las pocas o muchas que hay en el mundo, que piensa detenidamente en las opciones que se le presentan.
Una de ellas consiste en aceptar al chico, aun sabiendo que la cosa no saldrá bien, pues ambos, o la parte femenina, saben que no son personas compatibles, que lo que les mueve es el mero sentimiento de encaprichamiento, de conformidad o de necesidad.
Muchas de las que eligen esta opción lo hace tal vez por el simple hecho de que se les ha presentado una oportunidad y no se sienten completamente seguras de rechazarla, por el simple hecho de que puede que no vuelvan a encontrar a otra persona que quiera estar con ellas siendo como son (o que ellos sean como ellas quieren). En fin. Una estupidez como una casa.¿Qué no vas a encontrar a nadie? ¡Por favor! ¿Sabes la de personas que hay en el mundo? Alguna tiene que ser compatible contigo, digo yo.
Otra de las opciones es la de rechazarlo por completo. De reconocerte a ti misma como una chica que si no tiene algo claro, es que algo no funciona. Y sí, yo soy de las que defiende esta teoría, pero no del todo, y esto me lleva a la siguiente opción;
La de aceptar al chico, advirtiendole que, siendo como sois, muy provablemente solo se trate de una pequeña aventura, o que si hoy quereis algo serio, es posible que mañana ya no quieras nada.
Bueno, a lo que iba, esto va dirigido a todas aquellas chicas (muchas, provablemente) que han padecido de indecisión pre-relación alguna vez en su vida. Bueno, dado que yo he tenido que enfretarme a esto varias veces (y metido la pata en todas), propongo las siguientes normas a la hora de decidirse:
1: Si el chico en cuestión esta enamorado hasta las trancas de ti y tu no estas segura de quererle tanto. No te arriesgues, le romperas el corazón y tu misma podrás llamarte niñata caprichosa y cruel.
2: Si el chico es algo más liberal, que le gustas pero que si dices que no el mundo no se cae a pedazos. Pues mira, hablas con él, le explicas la situación y le reconoces que no estas enamorada de él pero que no te importaria intentarlo, por si las moscas. Ahora, esta lleva una clausula: tanto si el chico acepta muy rapidamente, como si tarda un minuto en pensarselo, no te creas lo que diga a continuación, te aprecia más de lo que dice y por tanto le romperas el corazón si algo no funciona y le dejas. El tiempo perfecto estaría alrededor de los 10-20 segundos. Lo justo para que él te mire, se toque el pelo o haga algun juego de manos y diga: humm…vale, podemos intentarlo. ¿por qué no?. Huid de todos aquellos que digan que sí varias veces o que se queden callados con esa sonrrisa extraña de: ¡Sí, lo he conseguido! Y los ojos brillando de pura felicidad.
Bueno, este es mi pequeño ensayo sobre la indecisión femenina a la hora de abandonar o no la soltería. Y claro está. Lo escribo cuando vuelvo a enfrentarme a este problema. Asi que, ya os dire lo mal que me ha ido en mis lamentos de los proximos días.
¡Hasta la próxima!

No hay comentarios:

Publicar un comentario