lunes, 4 de julio de 2011

Salida Desenfrenada (2 Parte)

(Claire)
En la oscuridad de un cuarto de baño, una silueta raquítica esperaba pasar desapercibida hasta que dieran las seis y media. Ya casi lo había conseguido, solo faltaban apenas veinte minutos para que esa dichosa semana pasara a ser un mal sueño.
Los padres de Claire se sentían muy orgullosos de ella. Tenía solo diecisiete años y ya se había graduado. El año próximo iría a la universidad, donde conocería a gente como ella, a la que le entusiasmaran más los experimentos y los problemas de derivadas que los videojuegos o salir de fiesta.
Desde los siete años sus padres solo habían tenido una queja. Su hija apenas se relacionaba con nadie. Esta preocupación se agravó al entrar en el instituto, donde quedo completamente marginada. Sus compañeros de clase solo la oían hablar con profesores y médicos y creían que era una chica extraña, con alguna enfermedad o algo por el estilo. Iba a psicólogos y consejeros que intentaban que superara sus miedos a la hora de enfrentarse a la sociedad, pero le resultaba imposible.
Toc, toc, toc
-¿Claire? Cariño, ¿Estás ahí?- era su madre.- Debes darte prisa, el avión sale dentro de quince minutos.
Claire se tapo los oídos. No tenían intención ninguna de ir a pasar una semana entera con un montón de adolescentes desenfrenados que usaban ese viaje como escusa para poder copular con sus respectivas parejas… y las de otros.
-¡No pienso ir!
Se oyó un suspiro al otro lado de la puerta.
-¡Robert!, querido, ¿podrías traerte el destornillador? la niña se ha vuelto a encerrar en el baño.
-¡No!-Claire se echó las manos a la cabeza, buscó algún modo de salir de allí sin pasar por la puerta, pero la ventana era demasiado pequeña. Pensó en que si se daba prisa, podría ahogarse en la bañera, pero era una forma estúpida de mandar su vida a la porra. Así que espero en una esquina, sollozando como una niña pequeña, hasta que su padre le guiñó un ojo, a través del agujero que había quedado tras quitar el pomo de la puerta.
-¡Vamos Claire!... Será divertido.
Será una pesadilla, pensó… Y no estaba muy desencaminada.

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