A lo largo del tiempo he pasado por diversas situaciones y acontecimientos que han cambiado mi vida y la forma que tengo de verla…pero lo que más la ha cambiado han sido mis decisiones.
Al igual que todos vosotros, mi cabeza, a pesar de estar llena de pensamientos inconclusos y desvaríos varios, está repleta de elecciones y posibilidades…y la verdad es…que si no fuera así…dejaría de ser yo misma.
Creo que la vida se nutre esencialmente de nuestras elecciones…Todos nos hemos acostado en la cama y hemos soñado o pensado en las diferentes reacciones de una persona al nosotros comportarnos de una manera determinada. A la hora de imaginar la respuesta de alguien a quien amamos pero del que no estamos seguros de que nos corresponda, a la hora de iniciar algo que no tenga marcha atrás, algo…que lo cambia todo.
Muchas personas dicen que hagamos lo que hagamos, todo seguirá su curso… ¡Pero no es cierto!
El significado exacto de elegir algo no es conseguir ese algo…sino perder todas las demás posibilidades…si nos paramos a pensar… ¡Da Miedo! Un miedo espeluznante.
Salir hoy o mañana, esperarle o no, lanzarme u olvidarle, decirlo u ocultarlo…La vida de una persona cuelga literalmente de un hilo…Y no. Tranquilos. No estoy matando a nadie. Lo que quiero decir es que… si lo único que tenemos en la cabeza son opciones…nuestro “Botón de la Felicidad”, por llamarlo de alguna manera, estará permanentemente apagado.
Creo que la energía que proporciona tal euforia es el simple acto de: dejarse llevar.
Esos instintos y esos arrebatos que hacen que una persona cometa estupideces y locuras varias. Eso que solo expresamos bajo la influencia del alcohol o de algún estado psicofísico que parezca alterar nuestros actos…Pero la verdadera realidad, señores y señoritas, es que…Todas esas locuras y arrebatos que cometemos…no son descuidos…no son errores…Son…Simplemente…Nuestros deseos más ocultos…
Así que, la próxima vez que alguien os diga que sólo fue un desliz o que no lo decía en serio…con perdón pero…no le creáis. Es tan simple como eso.
Así que… ¡Dejaros de estupideces! ¡Dejad de ser unos cobardes! ¡Sed valientes y Sentid! Sentid la vida siendo egoístas si hace falta, pero hacedlo…
Pues como una Gran Autora dijo una vez…”La vida no está compuesta por experiencias, sentimientos o emociones. La vida se compone en su totalidad de sensaciones.”
El destino no existe. O, al menos, yo no creo en él. Sino en mí misma. Y todo lo que decida no tiene marcha atrás, así que tendré que aprender a ir resolviendo mis fallos pasados y no repetirlos en un futuro. Todo es tan incierto...
ResponderEliminarQuien no juega no gana el partido. No hay que tener miedo a perder toda esa infinidad de "potencias", sino aferrarse de buena gana al "acto".
Pero todo esto ya lo hemos hablado, ¿no?
Por cierto, me suena esa escritora... =)
Humm...que bien suena esa filosofía cuando no hay necesidad de estudiarla...
ResponderEliminarY Sí...Creo que ya lo hemos hablado...pero nunca está mal poner las cosas sobre el "papel"
Yo tampoco creo en el Destino, más que nada, por que si existiera, nada sería tan divertido como las irregularidades de este trepidante y extraño sueño llamado "vida".
Y normal, pues en Sin Duda...Una Brillante Escritora