viernes, 26 de agosto de 2011

One Lucky Girl


Uff...Me llevo las manos a la cabeza por no llorar del susto.
Hace apenas unas horas, he tenido un pequeño gran percance en mi trabajo.
Me encontraba yo con una compañera intentado arreglar un viejo sobremesa que necesitaba un nuevo casquillo (perdonad si no entendéis los tecnicismos, pero es que no sé decirlo de otra manera).
Total, que para ponerle un nuevo casquillo había que desarmarla entera. Y aquí como la Maggie es una manitas (Yo), lo hice sin ningún problema.
Pero el problema no era ese...
Cuando mi compañera me trajo una bombilla para probar si funcionaba correctamente, algo pasó...
En menos de un segundo, la bombilla que sostenía en la mano y a la que había conectado los dos cables que "supuestamente" estaban correctamente, estalló.
¡ Sí ! Me estalló en la Mano.
Los plomos de toda la tienda saltaron y nos quedamos a oscuras...
Lo primero que pensé con la cara descompuesta fue: "Por favor, que no se hayan perdido los archivos, que mi Padre me mata" (Que sí, que no soy normal, una persona normal habría gritado de la alegría).
¿Gritar de la alegría? ¿Por qué?
Pues porque, misteriosamente, no tengo ni un solo rasguño.
De ahí el título de esta entrada... Al parecer, tengo suerte.
Pero que sepáis que más de una vez me he quemado, cortado, golpeado, doblado... alguna parte de mi cuerpo por culpa de mi trabajo... ¿Que en qué trabajo?
Soy dependienta en una tienda de iluminación.
Si es que hoy en día no se está seguro ni en la cama.

1 comentario:

  1. wow ... a eso se le llama suerte sii ... :o pero me alegro que no te pasase nada :)

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