Mi pequeño Rincón donde huir del mundanal ruido y expresar de la mejor forma posible mis sentimientos, mis sueños, mis preocupaciones y...como no, mis desvaríos mentales provocados por el exceso de azúcar.
¿Quién me manda a mí tomarme una de esas endemoniadas latas de azúcar concentrado?
¡Ahora no hay quién pegue ojo!
No...si mañana ya sé que pareceré un despojo,
con trigales como pelo y unas ojeras que lleguen hasta el suelo.
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